Máscara para un lugar virtual
Máscara para un lugar virtual, instalación pictórica y Realidad Aumentada, 2019.
Vestimos utopías que hacen entrar al cuerpo a lugares entre lo existente y lo inexistente, pintamos, cubrimos, abrimos huecos, unimos partes de superficies. Y es también a través de las superficies, que se comprende al cuerpo, se modela, se protege y se le oculta. Este proyecto construye una máscara que cubre la grieta más grande del edificio de la escuela de artes plásticas de la UN, el 301, en el momento en que lo clausuraron para restauración y que se estaba convirtiendo en un lugar solo accesible desde la memoria y la imaginación de verlo de nuevo abierto. La potencialidad de volver a ser habitado y de volver a ser un lugar para las artes. Esta máscara tenia patrones en las telas, que permitían ver un modelo muy simple de la cáscara del edificio de ese lado a manera de acceder a él sin poder entrar.
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